‘Bulevar: Realidad trágica’ Por Gonzalo Valdés Medellín
“Dramaturgo siempre desconcertante, Hugo Salcedo (Jalisco, 1964) cimbró la dramaturgia mexicana de finales del siglo xx, con una obra a todas luces desgarradora, que osaba en plenos años noventa denunciar y advertir gravemente acerca de los estragos sangrientos de la violencia, el crimen y la bestialidad que se cernían ya en Tijuana, Baja California (y en todo el norte de la República), y que hoy por hoy azotan a la nación mexicana: Bulevar, cuyo género se ubicaría entre la pieza urbana y la tragedia psicológica.
Bulevar —y apenas alcanzada la lectura de las primeras escenas— muestra el inquietante despliegue de fuerza critica que el también autor de El viaje de los cantores (Premio Tirso de Molina 1990), Vapor y Arde el desierto con los vientos que vienen del sur ha ido desgranando en un teatro definitivamente convulsivo, de un hiperrealismo devastador y centrado en un discurso absolutamente representativo de nuestra agredida y devastada realidad social.
Hugo Salcedo ha tenido una importante influencia de la obra del dramaturgo belga Bernard-Marie Koltès (1948-1989), no sólo por la temática que lo impulsa (la devastación espiritual ante sociedades cercadas anímica y espiritualmente), sino por la ruptura en las formas tradicionales de referir una obra teatral, valiéndose más de la técnica narrativa que de la acción (cosa que desde mediados de los años ochenta vino acendrándose en el quehacer dramatúrgico mundial). Por ello mismo, en Bulevar los monólogos iniciales de Clitemnestra, Prometeo, Creonte y Egisto —personajes de extracción clásica, valga anotarlo— dan la tónica de un teatro vanguardista que, no obstante, se ciñe a la evocación de la más pura y esencial tradición escénica. Y es esa misma tradición la que orilla al dramaturgo a buscar una acción dramática que se encabalgue al ritmo de la crónica urbana, con las referencias a las luchas sociales libradas por Prometeo —encadenado a sus ideales— así como por esa relación homoerótica, de rasgos grecoromanos (no manifiesta del todo, vivida en clandestinidad) de Narciso y Hermes, dos jóvenes sin esperanza que no tienen las armas necesarias (psicológica y moralmente) para enfrentar su verdadera condición sexual en un mundo además hostil a la diferencia, al goce, a la libertad.
Es evidente que con Bulevar, Hugo Salcedo habla de un México fronterizo que es espejo de las grandes urbes (establece con el Distrito Federal una ligazón casi exacta, un reflejo inevitable); y que el mundo que define su terreno de acción, y su ubicación de tiempo, se basa ante todo en la observación de las costumbres y las conductas, lo cual nos habla de un realismo como emanado del mejor teatro de Emilio Carballido (maestro de Salcedo), pero sin duda alguna, con voz propia y autonomía creativa innegable, circunscrita a la ruptura y la religación.
Publicada originalmente en los años noventa en la antología Teatro del Norte, Bulevar ahora es parte del corpus de la nueva antología Teatro Mexicano Contemporáneo, preparada por la investigadora Olga Martha Peña Doria, y que Emergentes Editorial de Buenos Aires, Argentina, bajo la dirección del dramaturgo Eduardo Rovner, ha lanzado con las obras Dramasutra o farsa del diablo dramaturgo, de Guillermo Schmidhuber de la Mora, 1968: En las tinieblas húmedas, de Héctor Martínez Tamez y A tu intocable persona, de quien esto redacta.
En su Estudio Preliminar, Peña Doria asienta que los personajes de Bulevar: “…viven en el misterio del odio y la incapacidad de establecer una relación, carecen de caminos para llegar a la plenitud y perciben la venganza como único fin valedero de la vida…”. Lo cierto es que el teatro de Hugo Salcedo se ha empecinado en dar una imagen fundamentalmente diáfana del mexicano en su Aquí y su Ahora; una imagen cruel, amarga, sin concesiones, pero buscando la esperanza, el cambio y la salvación.”.
Teatro Mexicano Contemporáneo, estudio preliminar y selección de Olga Martha
Peña Doria. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, 2010; 184 pp.
Bulevar —y apenas alcanzada la lectura de las primeras escenas— muestra el inquietante despliegue de fuerza critica que el también autor de El viaje de los cantores (Premio Tirso de Molina 1990), Vapor y Arde el desierto con los vientos que vienen del sur ha ido desgranando en un teatro definitivamente convulsivo, de un hiperrealismo devastador y centrado en un discurso absolutamente representativo de nuestra agredida y devastada realidad social.
Hugo Salcedo ha tenido una importante influencia de la obra del dramaturgo belga Bernard-Marie Koltès (1948-1989), no sólo por la temática que lo impulsa (la devastación espiritual ante sociedades cercadas anímica y espiritualmente), sino por la ruptura en las formas tradicionales de referir una obra teatral, valiéndose más de la técnica narrativa que de la acción (cosa que desde mediados de los años ochenta vino acendrándose en el quehacer dramatúrgico mundial). Por ello mismo, en Bulevar los monólogos iniciales de Clitemnestra, Prometeo, Creonte y Egisto —personajes de extracción clásica, valga anotarlo— dan la tónica de un teatro vanguardista que, no obstante, se ciñe a la evocación de la más pura y esencial tradición escénica. Y es esa misma tradición la que orilla al dramaturgo a buscar una acción dramática que se encabalgue al ritmo de la crónica urbana, con las referencias a las luchas sociales libradas por Prometeo —encadenado a sus ideales— así como por esa relación homoerótica, de rasgos grecoromanos (no manifiesta del todo, vivida en clandestinidad) de Narciso y Hermes, dos jóvenes sin esperanza que no tienen las armas necesarias (psicológica y moralmente) para enfrentar su verdadera condición sexual en un mundo además hostil a la diferencia, al goce, a la libertad.
Es evidente que con Bulevar, Hugo Salcedo habla de un México fronterizo que es espejo de las grandes urbes (establece con el Distrito Federal una ligazón casi exacta, un reflejo inevitable); y que el mundo que define su terreno de acción, y su ubicación de tiempo, se basa ante todo en la observación de las costumbres y las conductas, lo cual nos habla de un realismo como emanado del mejor teatro de Emilio Carballido (maestro de Salcedo), pero sin duda alguna, con voz propia y autonomía creativa innegable, circunscrita a la ruptura y la religación.
Publicada originalmente en los años noventa en la antología Teatro del Norte, Bulevar ahora es parte del corpus de la nueva antología Teatro Mexicano Contemporáneo, preparada por la investigadora Olga Martha Peña Doria, y que Emergentes Editorial de Buenos Aires, Argentina, bajo la dirección del dramaturgo Eduardo Rovner, ha lanzado con las obras Dramasutra o farsa del diablo dramaturgo, de Guillermo Schmidhuber de la Mora, 1968: En las tinieblas húmedas, de Héctor Martínez Tamez y A tu intocable persona, de quien esto redacta.
En su Estudio Preliminar, Peña Doria asienta que los personajes de Bulevar: “…viven en el misterio del odio y la incapacidad de establecer una relación, carecen de caminos para llegar a la plenitud y perciben la venganza como único fin valedero de la vida…”. Lo cierto es que el teatro de Hugo Salcedo se ha empecinado en dar una imagen fundamentalmente diáfana del mexicano en su Aquí y su Ahora; una imagen cruel, amarga, sin concesiones, pero buscando la esperanza, el cambio y la salvación.”.
Teatro Mexicano Contemporáneo, estudio preliminar y selección de Olga Martha
Peña Doria. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, 2010; 184 pp.